-¿Esperas a que aparezca tu chico?
-No tengo de eso.
(Una y otra vez resonaba en la cabeza de Carolina.)
Cuando salía pensó que su vida era mucho más deprimente que cuado había entrado, y como si su pensamiento hubiera sido una llamada de socorro, apareció él. Su vecino se dirigía a entrar con otro hombre en el local, aunque no se le veía demasiado entusiasmado.
-Oye Andrés ¿a qué viene esa cara mustia, no tienes ganas de salir con tu primo? Que hacía dos semanas que no me pillaba un viernes libre.
-Que no hombre, que no es eso. Es que hoy no me encuentro especialmente bien.
-Vamos, que harás lo de siempre: te irás el primero poniéndonos excusas baratas como sacar al perro.
Los dos rieron.
Carolina, que aún los escuchaba medio oculta entre los coches del aparcamiento, también rió.
-Bah, paso de discutir contigo, vete antes de que me arrepienta pero si quieres que te excuse delante de éstos para que no se rían más de ti tendrás que pagarme una copa.
-Joder, pues si que me sale caro darte plantón.
Mientras Andrés soltaba el dinero a regañadientes, Carolina lo observaba sin pestañear y siguió su trayectoria hasta que le vio perderse camino al puerto. Ella sin embargo se fue directamente a casa, pero mucho más feliz de lo que habría imaginado.
A partir de ahora sí esperaba a alguien, esperaba a su vecino, su vecino Andrés, que todavía no sabía por qué pero le dibujaba sonrisas idiotas en sus labios muy muy rojos.
4 comentarios:
Me encanta como escribes, no se como decirte cuanto te quiero
Te amo
Desde huelva, provincia de Aroche
y si se acercara, quizas, aun podria recibir mas sonrisas :)
Pues son de varios,Kenzo,Chloe y algunos mas...
te echo de menos :(
Publicar un comentario