sábado, 17 de enero de 2009

No se piensa, se hace.


Del mundo y sus frenéticas melodías me embriago.

En la calle tomo retazos de conversaciones ajenas para hacerme una manta y cubrirme con ella en noches de luna menguante. El brillo de los ojos es escaso en este callejón angosto, tan estrecho que ni cabe el humo que sale de mi boca cuando digo "tengo miedo". Porque aquí no vive la espontaneidad, deja algunos rastros casi imperceptibles, pero sus huellas son diminutas y me cuesta darme cuenta de que existen. Supongo que tiene arreglo, que la clave está en ver la vida con otros ojos. Pero como siempre digo, de los ojos yo me creo la mitad, no me fío de cualquiera y aquí la mayoría no lucen, ¡es un mundo insatisfecho para cobardes! Y lo que más me duele de todo es que me encierro en él por miedo a caerme porque aquí ya tengo mi nido hecho con raíces dormidas; por miedo a dejar de ser un leve resplandor de esperanza en este mundo mediocre y pasar a ser una mediocre en un mundo brillante.

Bah, después de esto me doy asco, no sé cómo no me caigo del orgullo que tengo encima, que debería vencerme su peso. Entonces sí que me caería y me haría daño.

1 comentario:

Rompiendo Ruidos dijo...

wow! interesante lo que pasa por tu mente, muy interesante...

alucinante encontrar gente que se preocupa por no caer en la mediocridad.
pero no decaigas, no todo es igual.
cada uno, se crea su propia realidad,
su mundo, lo que necesita
(y tambien por eso haces bien en creer a tus ojos solo la mitad)
en finnnn muy interesante

te invito a pasar por mi blog y seguirlo en caso de que te guste, yo llegue aqui mirando perfiles y me detuve leyendote.

un abrazo grande y hasta pronto!