jueves, 9 de julio de 2009

Son las tres y no puedo dormir.


Navío sin rumbo. Carne de naufragio inminente. Soy el Titanic del siglo XXI.
Mis pies se hunden cada día más enredándose con mis raíces (las dormidas y las despiertas). Tienen un imán que arrastra también a mis manos, ya casi no me quedan uñas de aferrarme a los maderos que otros rechazan. Ahora el Atlántico me engulle y despierto de mi letargo de ignorancia, me gritan sorda, ciega, inconsciente...

¿Por qué eres espejismo? Maldita sea, si intento atraparte te desvaneces, eres arena que se escurre entre mis dedos.
Y lloro.
Y se hace barro.
Y me hundo.

No me dejas ser desierto contigo.

Quiero (necesito) un chaleco salvavidas, un bote de emergencias,
una tabla lo suficientemente grande como para soportar el peso de la impotencia y de las ansias de tenerte.
Necesito (quiero) liberarme de mi condena: la evidencia, que se puede palpar con los cincos sentidos aún cuando me levanto sorda, ciega, cuado simplemente no me levanto y prefiero seguir inconsciente...Necesito la certeza de que mi vida es más corta que la tuya porque esta noche estaba desnuda y me vestí de decadencia y desierto.
Y lloro.
Y se hace barro.
Y me hundo.

¿A quién se lo puedo pedir? ¿A una divinidad?

¿A quién le puedo pedir ser oasis contigo?

3 comentarios:

marta dijo...

Al destino. Quizás con un poco de suerte te haga caso :)
Un beso MUYGRANDE.

Manuel Anarte dijo...

yo sere tu chaleco salvavidas y te sacare de ese desierto, yo sere utu oasis, tu luz, tu esperanza.

Sabes que estyo aqui para quererte y es lo que hago

Te quiero(L)

Desde huelva

Violeta Font dijo...

Soy el Titanic del siglo XXI.

Me ha molado eso.