domingo, 4 de octubre de 2009

Días tostados.

Carolina cocina arco iris a la francesa, con mantequilla y lluvia, pero ésta no viene de París sino de sus ojitos tristes de almendra. Ha sacado la receta de una de las cajas donde urgó esta mañana, en esas donde su madre guarda ropa y trastos viejos. También encontró allí un tocadiscos, un reloj de cuerda, una polaroid y varios vestidos de finales de los sesenta. Se los probó todos, pero el que más le convencía era uno blanco de tirantas con una margarita dibujada en el centro. Lo lleva puesto y teme que se manche mientras cocina, por eso va un momento al cuarto a cambiarse. Atraviesa el pasillo y mira de refilón por la puerta de la terraza. Ahí está otra vez, canturreando y silbando canciones de los Beatles está su vecino, parece entretenido arreglando no se qué con la caja de herramientas sobre la mesa. No ha visto a Carolina pero ella a él sí, y de pronto, como en los cuentos donde las páginas rebosan magia desde la primera a la última página, su pequeña lluvia cesa. Hay una nube de un celeste precioso encima de sus rizos que la envuelve mientras se desliza por el mármol. Entra en la terraza y a pesar de que hace ruido al tropezarse con una maceta su vecino no se inmuta, para absorto en su mundo. Carolina no entiende cómo no se ha sobresaltado, supone que anda demasiado concentrado en lo suyo. Y como sabe que hay pocas cosas que desestabilizan así a un hombre, se está quitando el vestido asomada al balcón.
La margarita ha caído dentro de la maceta, el arco iris se está quemando en el horno y Carolina sigue teniendo calor aun sin sujetador.

11 comentarios:

Anónimo dijo...

Me encanta *-*
Es genial :)

Manuel Anarte dijo...

Cuando escribes asi me dejas sin palabras

Te quiero(L)

Desde huelva

marta dijo...

¿Conseguirá así sobresaltarse su vecino? :)
Un beso MUYGRANDE.

Anónimo dijo...

Si no consigue que el vecino se sobresalte, que venga aquí!!! :))

Muy bueno el relato, me alegro de haber encontrado este blog.

Un beso.

svn dijo...

He buscado en mil sitios la receta del arco iris, aunque no sea a la francesa. Tengo un montón de lágrimas de producción propia y esta mañana compré mantequilla...

Supongo que siempre podré hacer tortitas, que se me dan mejor.

Un saludo y espero la receta ;).

svn dijo...

¿tú has probado los arco iris a la francesa de Carolina?

Acabo de intentar sacar la receta, pero me sale gris. Debe ser cosa del tiempo y de la poca mano que tiene ya este cocinero.

Aunque para ver el arcoiris antes hay que aguantar la lluvia... ¿será por eso lo de las lágrimas?

Mi corcho no coge frío, he colgado el horario de clase, una frase, un regalo y un par de listas de cosas por hacer.

Jorge Ángel Aussel dijo...

Está muy bien escrito tu relato, me ha gustado mucho. Está colmado de metáforas que le dan gran sentido.

Mis saludos desde Ángel Poético.

Tara dijo...

ayer, revisando bahúles, cayeron fotos, en todas ellas aparece mi madre con 40 años menos, con vestidos sesenteros impregnados de margaritas...
me hubiese gustado conocerla entonces.

Unknown dijo...

arcoiris a la francesa... una copa de vino y un poco de esas miradas que manchan hasta el pensamiento mas absorto.

La ladrona de besos dijo...

Que bonito :)

El delineante de cumulonimbos enterrados dijo...

Yo hoy he desayunado gofres. A todo el mundo le gustan, creo yo.
Si les echas un poco de sonrisas, chocolate y tres cucharadas de alegría, son la mejor forma de empezar el día. Junto con un vaso de agua, ya sabes.

Saludos subterráneos.