domingo, 25 de octubre de 2009

Viajando por el sistema solar I

Carolina se lanza a la calle con violencia, con ansia, con la sangre hirviéndole y palpitándole frenéticamente en las sienes. Sus pies son conducidos como autómatas de pasos de cebra, semáforos y señales de prohibido. Prohibido dejarse llevar por los demás humanos (por los demás borregos). Ella va sola, como siempre, se rasca la cabeza mientras piensa que toda esa gente que se la queda mirando no están ni la mitad de perdidos que ella y sin embargo les falta algo que nunca ha perdido. Las ganas. Por eso esta aventura, la de encontrarse con cualquier persona, en cualquier bar, en tomar cualquier copa de cualquier alcohol no fermentado que le destrozará por dentro hasta desintegrarla cualquier día que haga buen tiempo y la noticia de "Tu hija está ingresada en el hospital" te destroce un precioso día de campo.
Carolina acaba en la puerta del Neptuno. Entra. Se desliza por el interior de ese antro oscuro y sin aliento, sin a penas ventilación y con el ambiente cargado de humo y ectoplasma. La música es como el ruido de la calle, sin personalidad. Bueno no, es peor porque al menos el rumor de los transeúnters al pasar te demuestra de alguna manera que estás vivo, se producen corrientes de aire a tu alrededor, la fricción del viento en tus mejillas, y aquella persona que acaba de acompañarte en tu camino durante tres segundos también lo está. Pero la música del Neptuno te hacía pensar cualquier cosa menos que estabas viva y eso a Carolina la inquieta demasiado. De hecho ahora, le hierve más la sangre.

9 comentarios:

Yo dijo...

pues que salga del Neptuno y vuelva a sentirse viva y menos inquieta =)
me gusta tu blog, te sigo!

marta dijo...

¿Y por qué entra en ese lugar? Que salga y se sienta viva entre los transeúntes de la calle.
Un beso MUYGRANDE :)

La ladrona de besos dijo...

no es bueno que la sangre palpite tantisimo.
Un beso :*

La chica de la mirada caleidoscópica dijo...

Que salga a la calle y vuelva a sentir el murmullo de la gente.
Besos de colorines ^.^

I. Strada dijo...

Yo me quedaría dentro de la sala del Neptuno, a fuera uno se siente pequeño, somos muchos.
:)

I. Strada dijo...

Lis, pues sé italiano porque el año pasado lo pasé en Milano, de erasmus en mi segundo año de carrera. Es una lengua increíble y además proviene también del latín, así que es mucho mas fácil para nosotras que el alemán, por ejemplo.
Es una lengua muy expresiva. Me encanta hablarlo. Ahora, cuando pienso en voz alta, lo hago siempre en italiano. Suena muy bien.
Te recomiendo mirar algun film en italiano, por ejemplo the dreamers, de bernardo Bertolucci.

Lou

El delineante de cumulonimbos enterrados dijo...

¿Si llega a Mercurio me avisas?

Saludos subterráneos.

Teru dijo...

Y es que a veces es necesario saber (o que te hagan saber) que estás vivo...

Manuel Anarte dijo...

Cariño, llevo un rato intntando escribir algo coherente, sabes que no se me da bien cuando te leo, me encata y me encantas

Te quiero(L)

Desde huelva